CARNES

El consumo de este alimento es tan antiguo como la humanidad misma, y no es de extrañar, puesto que, entre un buen sabor e importantes aportes a nuestra alimentación, la carne debe ser uno de los principales elementos de una dieta rica y saludable.

Claro está que, para obtener todos los beneficios que ofrece la carne, es necesario que se maneje adecuadamente, desde mantenerla bien refrigerada con las medidas de refrigeración adecuada, hasta el momento de su preparación y consumo.

Es por eso que las culturas más avanzadas cuentan con este como uno de sus alimentos principales, al punto que se han creado métodos de refrigeración de la carne verdaderamente sofisticado, ya que se ha demostrado que la carne bien refrigerada es la que ofrece mejores criterios en cuanto a calidad, sabor y aportes nutricionales, que, al final, es lo que en verdad se quiere.

Tipos de carne

Aunque toda la carne de consumo humano que podemos hallar en los supermercados o en los grandes establecimientos de refrigeración proviene de animales, existen tres tipos de carnes distintos según sus propiedades:

La carne roja, provenientes principalmente de cuadrúpedos, como la vaca, el cerdo, el cordero, entre otros.

La carne blanca, proveniente de las aves, como el pavo, el pollo, el ganso, etc.

El pescado, el cual es un tipo de carne blanca proveniente de los peces, como el mero, la tilapia, el salmón, entre otros.

¿Qué aporta la carne? Sus propiedades y beneficios

Si eres de las personas que se preguntan qué tienen de provechoso tiene comer carne y cómo aprovechar lo que esta puede ofrecer a tu organismo, debes saber que son muchos los beneficios en cuanto a nutrientes, vitaminas y proteínas. Esto hace de los productos cárnicos una importante fuente para combatir males como la anemia, el bajo rendimiento físico, los déficits energéticos, entre otros.

En primer lugar, a través de su consumo el organismo obtiene vitaminas B2 y B12, las cuales trabajan para ayudar al crecimiento del cuerpo, fortalecer las neuronas, mantener el buen estado de los glóbulos sanguíneos, entre otras cosas. Todo esto ayuda a evitar el cansancio y la debilidad caporal, estrechamente relacionados con la anemia.

El hierro es otro de los aportes nutricionales de la carne, ya que esta es una excelente fuente de este mineral, el cual permite que la sangre pueda realizar sus funciones adecuadamente, debido a sus efectos positivos para el desarrollo de la hemoglobina, en conjunto con otros minerales y vitaminas.

Pero no sólo eso, se ha demostrado también que el hierro que podemos adquirir de la carne y otros alimentos es ideal para el desarrollo de los niños, especialmente sus capacidades de razonamiento, aprendizaje y memoria, ya que este mineral juega un papel importante en el sistema nervioso central del infante.

Además de esto, gracias al zinc que se obtiene de este alimento, el crecimiento y la reparación muscular se llevan a cabo de una mejor manera, ayudando a la resistencia de los tejidos y mejorando la capacidad de curación de estos ante ciertas lesiones.

La carne como elemento gastronómico

Más allá de sus aportes nutricionales y los beneficios que supone para nuestro organismo, lo cierto es que la carne forma parte de una amplia variedad de platos y acompañamientos, gracias a las tantas formas que hay de prepararlas, así como las numerosas combinaciones que se puede hacer con otros alimentos.

No en vano es un producto que se ha venido consumiendo desde que existe la civilización humana, aunque claro, las primeras sociedades no contaban con las maravillosas recetas que podemos disfrutar hoy en día, ni existían sofisticados sistemas de almacenamiento de carne congelada como los que hay en la actualidad.

Ya sea carne roja, blanca o pescado, las posibilidades de preparar un rico plato con este tipo de alimento son casi infinitas, tanto para el desayuno, el almuerzo o la cena.

Contrario a la creencia popular, una de las ventajas de la carne es que, así como es una buena fuente de vitaminas, minerales y calorías para el cuerpo, existen métodos para cocinarla con bajos niveles de grasa y pocos riesgos para la salud. Esto sin mencionar que es uno de los alimentos más accesible, ya que las carnicerías no escasean, aunque es más confiable adquirir el producto en almacenes especializados, donde la mantienen refrigerada bajo las condiciones adecuadas.